La membrana celular es una estructura fundamental en las células, y su origen se remonta a procesos evolutivos antiguos. Según la teoría endosimbiótica, la membrana celular podría tener su origen en las membranas de las primeras células procariotas, que eventualmente dieron lugar a las células eucariotas más complejas. Esta teoría postula que las células eucariotas podrían haber surgido a partir de la simbiosis de diferentes tipos de bacterias primitivas, lo que habría llevado a la formación de compartimentos celulares con membranas internas.
La membrana celular, también conocida como membrana plasmática, es una estructura que rodea a la célula y cumple diversas funciones esenciales para su funcionamiento. Se trata de una fina capa compuesta principalmente por fosfolípidos, proteínas y carbohidratos. Su estructura de bicapa lipídica le confiere la capacidad de regular el paso de sustancias hacia el interior y exterior de la célula, lo que se conoce como permeabilidad selectiva.
Una de las funciones más importantes de la membrana celular es actuar como barrera selectiva, controlando el paso de sustancias hacia adentro y afuera de la célula. Esta capacidad de selección es fundamental para mantener el equilibrio interno de la célula y regular la entrada y salida de nutrientes, iones y desechos. Además, la membrana celular contiene proteínas que actúan como receptores, permitiendo a la célula comunicarse con su entorno y recibir señales para llevar a cabo diversas funciones.
La membrana celular es una estructura fundamental en la biología celular, y su descubrimiento se atribuye a varios investigadores cuyos trabajos contribuyeron al entendimiento de sus funciones y características. A finales del siglo XIX, los científicos comenzaron a observar la presencia de una capa delgada alrededor de las células, lo que llevó al reconocimiento de la existencia de una estructura que delimita y protege el interior celular.